Cualquier similitud no es pura coincidencia.
Durante el partido con Tigre dos jóvenes leprosos fueron "secuestrados" de sus ubicaciones en la platea de la visera para ser llevados al mini estadio de básquet que se encuentra detrás de la misma tribuna para ser golpeados con total impunidad. Al mejor estilo militar, utilizado en el último régimen de facto que gobernó en nuestro país hace ya 25 años, estos dos hinchas tuvieron que soportar dicha violencia en la cara y frente a toda una tribuna que miró y mira para otro lado. Como si nada pasara...
Año 1978, Argentina se coronaba Campeón del Mundo por primera vez en su historia en el estadio de River Plate. Mientras miles de argentinos celebraban, a pocos metros, a escasas cuadras se torturaba y asesinaba a otros argentinos. La Escuela de la Armada por aquel entonces, funcionaba como "el patio de atrás" de un Mundial de Fútbol que sirvió para distraer, descomprimir y ubicar el foco de atención del pueblo en una simple pelota.
Hoy 25 años después, con el sistema democrático instalado en la Argentina, en Newell´s Old Boys de la mano de Eduardo J. López se viven situaciones similares a la de aquel momento. El accionar es el mismo, el desenlace, por suerte, no es el mismo. Pero el fin, el objetivo es igual: sembrar miedo y terror.
En este caso, "el patio de atrás" es el mini estadio de básquet de Newell´s donde se golpeó a dos personas que sólo pretendían ver al club de sus amores una vez más. Se las alejó del fútbol-circo y lejos de la vista de todos (un estadio colmado de 30.000 personas -que particularidad ese número-) fueron salvajemente golpeados y amenazados.
Mientras, el humo rojo y negro "compraba" complicidad en el resto de la gente. Como una nube que todo lo tapa camufló junto a la pelota lo que se vive en Newell´s hace ya 14 años.
"Las urnas están bien guardadas", dijo en 1981 el General Galtieri. Hoy, llevamos 14 años sin elecciones en Newell´s. Una década y media sin poder ejercer el derecho que el estatuto del club le otorga a sus socios. Los gobernantes de turno, agachan la cabeza y también "consumen el humo rojo y negro que compra complicidad", seguramente ellos se diferenciarán con Galtieri y cía. pero aquella histórica frase también les cabe. En Newell´s, las urnas están bien guardadas.
Total, la mayoría sigue obnubilada con los fueguitos y el folclore de una tribuna ciega y sorda. Y mientras toda esa gente siga así, nadie se preguntará que fue lo que pasó o porqué les pegaron a esos dos pibes leprosos.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
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