CARTA ABIERTA AL PUEBLO LEPROSO

Carta abierta al Glorioso Pueblo Leproso

¿Qué les diremos a nuestros hijos?
Estas líneas están dedicadas especialmente a adolescentes, jóvenes y a aquellos adultos jóvenes que rondan la crisis de los 30.
Si estoy siendo selectivo con esto, es porque este par de generaciones en cuestión son las que estarán procreando a corto y mediano plazo, y con esto renovando los “planteles” de hinchas Leprosos.
La pregunta planteada al comienzo de esta carta se pone en juego porque, más allá de que muchos digan que son absolutamente libres y no deben darle explicaciones a nadie, la vida siempre proporciona momentos en donde uno necesita conocer parte del pasado y de la historia, y es así que muchas veces ésta sirve como disparadora hacia el futuro.
Así como todos nosotros en algún momento hemos tenido dudas, nuestros hijos también las tendrán y recurrirán a nosotros en busca de respuestas. Y como el camino se hace al andar, parte de ese camino que les toque transitar a ellos es el que le estamos trazando hoy mismo. Es por esto que somos responsables de lo que le estamos dejando en todos los aspectos, pero mas que nada en lo humano y lo moral.
Así como alguna vez nos contaron acerca de Montes, Zanabria, Santamaría, Carrasco, Zucca, Yudica y Gallego (estos dos últimos como jugadores), en algún momento nos tocará explicar quienes fueron Scoponi, Martino, Llop, Dezotti, Alfaro, Balbo, Batistuta, Bielsa o el Piojo Yudica (pero esta vez como D.T.). Y dentro de la explicación no podremos obviar el por qué se fueron y nunca mas volvieron a pasar por el club, por qué ya no hay ídolos y por que la mayoría juegan 6 o 12 meses y no varios años como pasaba antes.
En algún momento diremos que íbamos a Bella Vista a ver las divisiones inferiores, las que siempre peleaban arriba y deberemos explicar por qué ya no podemos entrar al predio, y que los padres de los pibes que ahora juegan tampoco.
Alguna vez nos vamos a cruzar con “La Chancha” o con “Condorito” por la peatonal, los vamos a saludar y deberemos contarle al pibe quién es ese y aclararle que a los jugadores actuales no los conocemos, porque viven en un hotel y sólo están en la ciudad de paso.
Alguna vez se nos escapará un lagrimón al recordar cuando fuimos a Avellaneda, a la casa del Rojo, le llenamos casi toda la cancha y hasta compartimos una tribuna con los locales. Que festejamos juntos el campeonato y deberemos tratar de explicar (aún sin entenderlo) por qué en nuestra propia casa nos roban, nos pegan, nos censuran y debemos querer regalarle los puntos a un rival mediocre, desconocido y con nada en común.
Algún día todo esto pasará si es que seguimos viendo como nos roban en la cara sin reaccionar, si dejamos que todo lo arrasen sin siquiera preguntarnos por qué.
Algún día esto no tendrá retorno si no empezamos a pelear por aquello que amamos, si no exigimos que se respete nuestra identidad, si no defendemos nuestro espacio …..
Alguna vez deberemos dar cuenta de esto. ¿Qué les diremos a nuestros hijos de este desastre?
No se que le dirá la mayoría, pero estoy seguro de que algunos podremos decirles muy tristes: “Hijo, perdón porque se que no fue suficiente lo que hice”, pero para adentro nos quedaremos tranquilos porque dimos lo mejor hasta el último instante.
Estaré tranquilo porque me quedó la voz ronca de gritar, las manos rojas de aplaudir, los pies cansados de marchar y tal vez la cara dolorida de recibir alguna que otra bofetada, todo esto por pedir justicia y pelear por mi espacio y mis sentimientos.
Por todo esto quedará mi alma tranquila, por haber dado lo mejor que tuve.
¿Vos que le vas a decir a tu hijo?
Ojalá que cuando ese día llegue la historia sea distinta, que podamos decirle a nuestros hijos que entre miles de almas profundamente leprosas recuperamos el club y que ahora es más grande gracias a que despertamos a tiempo.
Ojalá eso suceda.
De vos depende. Todavía estas a tiempo.

KRYPTONITA , Leproso de cuerpo y alma.

(Nick del Chat de la Resistencia)